El Nuevo Proyecto de Ley de Defensa y su Compromiso con el Lenguaje Claro © 2024 by Paloma Blasco Fernández is licensed under CC BY-NC-SA 4.0
El pasado martes, el Gobierno aprobaba un nuevo Proyecto de Ley Orgánica de Derecho de Defensa que «[…] establece, por primera vez, el derecho de la ciudadanía a que la Administración de Justicia se dirija a ellos en un lenguaje claro, sencillo y accesible (Ministerio de la Presidencia de la Justicia y Relaciones con las Cortes, [23/01/0224]).
Aunque es la primera vez que en Europa se impulsa una ley de este tipo, ¿no ha habido otras iniciativas antes?, ¿es el lenguaje claro un concepto novedoso?
Para saberlo, vamos a remontarnos a la Inglaterra de principios del siglo XI, concretamente al año 1066. Este año marca un punto de inflexión en la historia de Inglaterra. El rey Guillermo I, duque de Normandía, derrota a los ingleses en la batalla de Hastings y se convierte en rey. En este período se producen numerosos cambios en la Administración y la Justicia. Así, el francés se convierte en la lengua de comunicación entre las clases altas y la aristocracia, mientras que el latín se utiliza en los documentos oficiales.
Por otro lado, el inglés es la lengua que habla el pueblo; la única que conoce. Además, a los ciudadanos no se les obligaba a aprender francés. Pero que el Gobierno se comunique en lenguas que la ciudadanía desconoce, ya sabemos que provoca muchos problemas. Pues a este gran inconveniente no se le intenta poner solución hasta casi mediados del siglo XIV.
Durante el reinado del rey Eduardo III, Inglaterra vive una situación lingüística muy compleja. Por un lado, conviven las variedades de francés del norte de Francia y el de los Países Bajos, el anglonormando, y el law-French. Sin embargo, la mayor parte de la población, entre la que también se incluyen los rangos inferiores de la política, la pequeña nobleza y la burguesía, hablaban inglés. Estos rangos más bajos de la política tenían un conocimiento pragmático de la lengua francesa que les servía para comprender documentos legales o para tratar con el enemigo en campañas militares en el extranjero.
Ante esta situación, en el año 1362, Eduardo III emitió un estatuto, Statute of Pleadings, que imponía uso del inglés en la comunicación oral en los tribunales reales y señoriales de Inglaterra. Este estatuto abordaba la necesidad de que todas las personas involucradas en los procedimientos legales pudieran entenderlos. De esta forma, la comunicación entre el pueblo y el Estado era accesible para todo el mundo.
Aunque el Statute of Pleadings sentó precedente, es necesario recordar que los documentos se escribían, y el estudio de las leyes se hacía tanto en esta lengua como en francés. Aun así, va a haber que esperar varios siglos hasta que las campañas por un leguaje más claro revolucionen el mundo.
A pesar de que en los siguientes siglos hubo varios intentos para facilitar la comunicación, no será hasta mediados del siglo XIX en el que algunos abogados reclamen que los documentos deben estar escritos de tal manera que todo el mundo pueda entenderlos. Entre ellos destaca la figura de George Coode, que reclama un lenguaje claro en su obra On Legislative Expression, publicada en 1845.
Por otro lado, en España, encontramos las primeras alusiones a un lenguaje claro a finales del siglo XIX, en el artículo «Hablemos claro» publicado en La ilustración ibérica. En él Sánchez-Pérez critica el uso excesivo de neologismos, y dice que «[…] para escribir bien se necesitan, más que la amenidad, siempre conveniente y apetecible, dos condiciones esenciales: claridad y sinceridad» (Sánchez-Pérez, 1897, p.12).
Durante los primeros años del siglo XX, el concepto de lenguaje claro se expande, pero no será hasta el año 1963 en el que la obra The Language of the Law del profesor americano David Mellinkoff inicie el Movimiento en Estados Unidos. Debemos aclarar que las campañas del lenguaje claro surgen por conflictos sociales en los que la ciudadanía reivindica su derecho a entender lo que el Gobierno y la Administración les pretende transmitir.
Si bien hemos visto que los intentos por un lenguaje claro y accesible tiene sus raíces en Inglaterra, el Plain Language Movement no se produce en este país hasta el año 1971, y tiene nombre de mujer: Chrissie Maher. Su nombre y sus propuestas fueron clave en el desarrollo del Movimiento en todo el mundo.
A partir de ese momento, han sido muchos los países que se han unido: Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Francia, Portugal, Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, México, Chile, Argentina, Colombia, Uruguay y España.
En lo que respecta a España, el concepto empezó a tener repercusión en los años 80 del pasado siglo; sin embargo, no ha sido hasta el año 2009 en el que se produce la primera iniciativa oficial con la creación de la Comisión de Modernización del Lenguaje Jurídico en el año 2009.
Ahora bien, aunque aumentan las herramientas que facilitan la comunicación entre la Administración y la ciudadanía, no son suficientes. Con todo, algunas comunidades, entre las que destacan la Comunidad de Madrid y el Servicio de Aragón, han creado sus propios manuales para comunicarse de forma clara con los ciudadanos. Asimismo, la Agencia Tributaria española se ha comprometido a modificar varios de los documentos con los que se dirige a la ciudadanía con el objetivo de que todo el mundo pueda acceder a ellos (Agencia Tributaria. Sede electrónica, 1/12/2023).
Referencias
- Agencia Tributaria. Sede electrónica, (1/12/2023). Comunicación Tributaria Clara. Gobierno de España. https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/informacion-institucional/sobre-agencia-tributaria/Comunicacion_tributaria_clara.html
- A. Sánchez Pérez (1897): “Hablemos claro”, La ilustración ibérica, en https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=9d515f6d-d3ca-4115-9df3-05787eb53bf2&page=12
- Ministerio de la Presidencia de Justicia y Relaciones con las Cortes, (23/01/2024). El Gobierno aprueba el Proyecto de Ley Orgánica del Derecho de Defensa. Gobierno de España. https://www.mjusticia.gob.es/es/institucional/gabinete-comunicacion/noticias-ministerio/240123-CMin-Ley-Derecho-Defensa
- Montolío, E. y Tascón, M. (2020). El derecho a entender. La comunicación clara, la mejor defensa de la ciudadanía. Los libros de la catarata.
- Ormrod, W. M. (2003). The Use of English: Language, Law, and Political Culture in Fourteenth-Century England. Speculum, 78(3), 750–787. http://www.jstor.org/stable/20060788
- Westbrook, Raymond. (n.d.). Anglo-Saxon Law. In Encyclopaedia Britannica.